EL PRINCIPIO DE LA LEY DEL GRAN IMPULSO. Por: David gonzález ™
Por: David gonzález ™
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EL PRINCIPIO DE LA LEY DE LA BUENA IMAGEN Y LA COHERENCIA:
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EL PRINCIPIO DE LA LEY DE LA BUENA IMAGEN Y LA COHERENCIA:
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EL PRINCIPIO DE LA LEY DE LA BUENA IMAGEN Y LA COHERENCIA:
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EL PRINCIPIO DE LA LEY DEL APOYO Y EL SERVICIO:
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EL PRINCIPIO DE LA LEY DE LA DETERMINACION:
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EL PRINCIPIO DE LA LEY DEL GRAN IMPLUSO:
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La ley del gran impulso – El empuje es el mejor amigo de un líder.
Hay que inspirar, motivar y crear entusiasmo, pero para transmitir algo hay que sentirlo verdaderamente. Un líder con empuje es capaz de cambiar una dinámica negativa en otra positiva, llevando el equipo al éxito.
En 1986 Steve Jobs compró a George Lucas por cinco millones de dólares la compañía de animación Pixar. La compañía pionera en animación digital tardó en coger impulso hasta que casi diez años después, recaudó nada menos que 554 millones de dólares con la película Toy Story.
Muchas veces es indispensable el impulso necesario para realizar los cambios necesarios en una organización.
Un buen líder reconoce que existen dos puntos clave para lograr las victorias:
la preparación y la motivación.
Es bueno celebrar todas las victorias obtenidas sin importar si son pequeñas o grandes. Esto ayuda a reforzar la confianza y por lo tanto el impulso, aspectos muy valiosos para el líder.
"La fortaleza crece en proporción a la carga". De igual forma, mientras mayor sea el impulso que se necesita crear, mayor fortaleza se debe aplicar para crearlo.
Lo más importante de los impulsos, es que cuando se tenga la confianza de que las cosas pueden cambiar se debe de seguir creyendo en las mismas para se vuelvan realidad, no importan cuantas veces uno se sienta decepcionado por los tropiezos que hay en la vida, lo más gratificante es cuando uno logra sobre ponerse a las adversidades.
Podremos equivocarnos miles de veces, pero lo más importante es aprender de los errores y poder ocupar las experiencias aprendidas para poder cumplir con los objetivos.
Las adversidades se presentaran siempre y son parte de la vida, pero no importa cuántas de estas se presenten, cuando uno está preparado y puede sacar lo mejor de uno mismo para poder superarlas, tarde o temprano se alcanzaran las metas.
¿Qué hubiera sido de la humanidad sin aquellas personas que se arriesgaron para transformar y cambiar las cosas que sucedían con el tiempo y que se pensó que nunca podrían ser transformadas?
Debemos entender que a pesar de que todo parece que nunca va cambiar, siempre hay un pequeño impulso que nos ayudara a lograr el cambio que todos necesitamos.
Si usted tiene toda la pasión, los instrumentos y las personas que necesita para lograr una gran visión, pero aun así no puede hacer que su organización se mueva y vaya en la dirección correcta, su liderazgo en este momento está muerto. Si usted no puede hacer que las cosas caminen, no tendrá éxito. ¿Qué necesita hacer en tales circunstancias? Necesita observar la Ley del Gran Impulso y aferrarse al poder del mejor amigo de líder: el impulso.
COMIENCE DESDE CERO
Si alguna vez ha existido una persona con talento y visión, esta persona era Ed Catmull. Cuando era niño, Catmull creció deseando ser un animador y realizador de películas. Pero cuando fue a la universidad, se dio cuenta de algo: él no era lo suficientemente bueno. Rápidamente cambió su enfoque hacia la física y la ciencia de la informática, obteniendo su título en cada una de esas ramas. Después de trabajar unos cuantos años para Boeing, decidió volver a estudiar y se inscribió en un nuevo campo dentro de la ciencia de la informática: la computación gráfica. Allí descubrió que él podía dibujar con la ayuda de una computadora. Eso hizo que su sueño de realizar películas reviviera. Antes de obtener su doctorado en 1974, Catmull comenzó a desarrollar programas computacionales innovadores y buscaba oportunidades para realizar películas generadas por computadora.
En 1979, George Lucas contrató a Catmull para que se encargara de la división de computación gráfica de Lucas film Ltd. Durante los siguientes siete años, Catmull contrató unos de los mejores técnicos del país tales como John Lasseter, que había trabajado anteriormente para Disney.
El grupo de Catmull entró en un nuevo terreno, tecnológicamente hablando y produjo obras increíbles, tales como la secuencia «Génesis» en la película Star Trek II: La ira de Khan.
Sin embargo, el departamento resultó ser muy costoso para mantenerlo.
Catmull intentó convencer a Lucas de hacer películas generadas por computadora, pero la tecnología todavía estaba en las primeras etapas y era demasiado caro.
Lucas decidió vender ese departamento. En 1986, Steve Jobs lo compró, pagando cinco millones de dólares por la compañía y otros cinco millones que invirtió en ella. El nombre de la compañía es Pixar.
PASOS DE BEBÉ
Aun cuando fue difícil para esa compañía crear ganancias, Pixar comenzó realizando pequeñas películas para demostrar el poder de su tecnología. La primera se llamó: Luxo Jr. Mostraba dos lámparas de escritorio animadas interactuando como lo harían un padre y un hijo. Normalmente durante esa época, después de mostrar una película de animación computarizada, los directores contestaban preguntas hechas por expertos en la industria que vieron la película, acerca de algoritmos o del programa de computación utilizado. Catmull y Lasseter supieron que habían dado un paso significativo cuando una de las primeras preguntas que recibieron fue si la lámpara «padre» era la madre o el padre. Fue allí que se dieron cuenta que habían logrado una conexión con su audiencia y que tuvieron éxito al contar una historia, no sólo en demostrar su nueva tecnología.
Lasseter dice:
No teníamos dinero, computadoras, personal ni tiempo para hacer esos movimientos de cámara veloces y extravagantes, los trazos ostentosos y otras cosas que se realizaban en ese tiempo. Sencillamente no teníamos tiempo. La cámara no se movió y no tuvimos un fondo en la pantalla pero hizo que la audiencia se enfocara en lo que realmente era importante, la historia y los personajes. Así que por primera vez, una película estaba entreteniendo a las personas porque estaba hecha con animación computarizada.
Luxo Jr. fue tan buena que fue nominada para recibir un premio de la academia. Sin embargo, Catmull y su equipo necesitaban mucho más tiempo para lograr su sueño de crear una película de larga duración. El desafío más grande de la compañía en ese momento era sobrevivir. Pixar continuaba desarrollando tecnología. La compañía siguió obteniendo reconocimientos y recibiendo premios, incluyendo su primer Oscar en 1989. Para poder pagar las cuentas, el equipo comenzó a realizar comerciales animados de computación. (Quizás haya visto aquel comercial de una botella de Listerine boxeando. Ese comercial fue un trabajo de Pixar.) Pero le era difícil a Pixar obtener ese impulso significativo. La compañía seguía caminando pero a paso lento.
FINALMENTE, ALGO DE CREDIBILIDAD
Entonces en 1991, debido a la credibilidad que Pixar se había ganado, recibió una oportunidad significativa. Los líderes pensaron que la compañía estaba preparada para el siguiente paso, crear un programa de televisión de una hora. Lasseter fue a Disney, la compañía donde trabajaba antes, a venderles la idea. La respuesta lo sorprendió. Disney le ofreció un contrato para crear tres películas de larga duración utilizando animación computarizada. Disney daría los fondos y distribuiría los proyectos. Pixar los crearía y recibiría un porcentaje de las ganancias.
Pixar tuvo la oportunidad de cumplir la visión de Catmull, pero la compañía todavía estaba a una gran distancia de realizarla. La compañía comenzó a trabajar en lo que luego sería: Toy Story, pero el equipo tuvo dificultades con los personajes y la trama. Disney presionó a Lasseter para que hiciera personajes más realistas, pero eso hacía que no fueran atractivos. Después de dos años de trabajo, el jefe del departamento de animación de Disney les dijo: «no importa cuánto traten de arreglarla, no está funcionando.
Lasseter rogó que Disney no terminara el contrato y les diera otra oportunidad de resolver el problema. «Todo el grupo se reunió, no dormíamos pero logramos hacer la primera parte de la trama de Toy Story en dos semanas», recuerda Lassetter. «Cuando la enseñamos a Disney, quedaron asombrados».
Toy Story continuaba avanzando. Pixar necesitó cuatro años para realizar la película. Mientras tanto, otros estudios estaban utilizando la tecnología que Catmull y su equipo habían desarrollado y estaban produciendo películas como Jurasic Park y Terminator 2. «Era frustrante para nosotros», dice Catmull, «porque estábamos ocupados realizando esta película para Disney y los demás estaban recibiendo el mérito de esas otras películas. ¡Aunque nosotros habíamos diseñado el software que ellos utilizaban!»
Pese a que el resto del mundo no le estaba viendo todavía, Pixar estaba comenzando a desarrollar impulso. Cuando la película Toy Story salió en noviembre de 1995 la realidad era obvia. Cuatro años atrás cuando se hizo el contrato con Disney, el ejecutivo de Pixar, Steve Jobs estimó que si la primera película de esta clase lograba obtener $75 millones en ganancias, al menos quedarían sin deudas. Si lograba obtener 100 millones, ambas compañías obtendrían dinero. Pero si se convertía en éxito y ganaba más de 200 millones de dólares, ambas compañías ganarían muchísimo dinero». Muy pocas personas hubieran predicho que esa película obtendría ganancias de 192 millones de dólares en Estados Unidos y 362 millones alrededor del mundo.
Desde ese momento, el impulso de Pixar ha sido fuerte y sigue creciendo.
La organización ha ganado diecisiete premios Oscar además de cuarenta y dos patentes y desde que salió Toy Story, la compañía ha producido grandes éxitos: A Bug’s Life, Toy Story 2, Monsters Inc, Finding Nemo, The Incredibles y Cars. Estas películas a nivel mundial han obtenido una ganancia mayor a los 3,670 millones de dólares.
UN GIRO
Irónicamente, mientras que Pixar estaba obteniendo impulso, Disney, la compañía que le ayudó a obtenerlo, estaba perdiéndolo. El departamento de animación de Disney estaba pasando por momentos difíciles. Su última película significativa fue Lilo y Stitch en el año 2002. Y había producido tres películas muy caras, Atlantis, Treasure Planet y Home on the Range. ¿Cómo podría Disney volver a ganar impulso? Bob Iger, quien se convirtiera en el presidente y director ejecutivo de Disney en octubre de 2005, sabía cómo hacerlo. Él compró Pixar. Las personas que Disney había ayudado, ahora le ayudaban a Disney. Catmull se convirtió en el presidente del departamento de animación de Disney y Lasseter en el jefe del departamento de creatividad.
VERDADES ACERCA DEL IMPULSO
¿Por qué digo que el impulso es el mejor amigo del líder? Porque muchas veces es la única diferencia entre ganar y perder. Cuando no hay impulso, aun las labores más sencillas parecen problemas insuperables. La moral disminuye. El futuro se ve oscuro. Una organización sin impulso es como un tren sin vías. No se puede seguir adelante.
Por otro lado, si usted tiene el impulso de su lado, el futuro se ve prometedor, los obstáculos parecen pequeños, y el problema se percibe como algo temporal. Una organización con impulso es como un tren que se mueve a sesenta millas por hora. Aunque se construyera una pared de concreto reforzada con acero en las vías del tren, el tren la despedazaría.
Si usted desea que su organización, su departamento, o equipo triunfen, debe aprender la Ley del Impulso y aprovecharla al máximo en su organización. Las siguientes son algunas cosas acerca del impulso que necesita saber:
1. El impulso es la mejor palanca de exageración
La Ley del Impulso se ve fácilmente en los deportes porque los cambios ocurren en pocas horas ante nuestros ojos. Cuando un equipo logra obtener impulso, todas las jugadas parecen funcionar, todos los lanzamientos parecen anotar, todos los equipos parecen hacer las cosas bien.
Lo opuesto también es cierto. Cuando un equipo está estancado, no importa que tanto se esfuercen, o cuántas soluciones intenten, nada parece funcionar. El impulso es como una lupa. Hace que las cosas se vean más grandes de lo que son. Por eso yo le llamo la mejor palanca de exageración. Y esa es una de las razones por la cual los líderes se esfuerzan tanto en controlar el impulso.
Ya que el impulso tiene un gran impacto, los líderes intentan controlarlo. Por ejemplo, en los juegos de básquetbol, cuando el equipo contrario comienza a anotar puntos y a desarrollar el impulso, un buen entrenador pide tiempo. ¿Por qué? Está intentando detener el impulso del otro equipo antes de que sea demasiado tarde. Si no lo hace, su equipo probablemente perderá el juego.
¿Cuándo fue la última vez que usted escuchó a un equipo que estaba en la cúspide del triunfo de un campeonato quejarse de las lesiones? ¿O analizar la habilidad del equipo? ¿O volver a pensar en una nueva estrategia? Eso no sucede. ¿Es porque ninguno está lesionado o todo va bien? No. Sucede porque el triunfo se exagera con el impulso. Cuando uno tiene el impulso, no se preocupa por los pequeños problemas y muchos de los problemas grandes parecen resolverse por sí solos.
2. El impulso hace que los líderes se vean mejor de lo que son
Cuando los líderes tienen el impulso de su lado, la gente piensa que son genios. Pasan por alto las deficiencias. Se olvidan de los errores que los líderes han cometido. El impulso cambia la perspectiva desde la cual la gente ve a los líderes. A las personas les gusta asociarse con los ganadores.
Los líderes jóvenes con frecuencia no reciben tanto mérito como merecen. Por lo general, estímulo a los líderes jóvenes para que no se desanimen. Cuando los líderes son nuevos en sus carreras, no tienen ningún impulso todavía y por lo general no reciben ningún mérito. Los líderes experimentados piensan que los jóvenes no saben nada al respecto. Una de las razones por las cuales John Lasseter fue sacado de Disney era porque tenía muchas ideas y los ejecutivos de Disney, quienes habían sido animadores anteriormente, no querían que él fuera tan rápido. Lasseter recuerda que uno de los ejecutivos le dijo: «Cállate y haz tu trabajo por los próximos veinte años y entonces quizás te escucharemos». Lasseter sabía más que ellos.
Una vez que un líder crea triunfo para su organización y desarrolla impulso en su carrera, entonces las personas le dan más mérito del que merece. ¿Por qué? Debido a la Ley del Impulso. El impulso exagera el éxito de un líder y lo hace verse mejor de lo que realmente es. Puede que no parezca justo, pero así es.
Por muchos años he intentado añadirles valor a las personas. Después de escribir ocho libros y más de cien lecciones sobre liderazgo y el éxito, he obtenido mucho impulso.
Todo lo que hago para darles valor a las personas parece incrementarse de manera positiva.
Por lo general, digo que cuando comencé mi carrera, no era tan malo como las personas pensaban. Actualmente, no soy tan bueno como las personas me lo acreditan.
¿Cuál es de diferencia? ¡El impulso!
3. El impulso ayuda a los seguidores a desempeñarse mejor de lo que son
Cuando el liderazgo es fuerte y hay impulso en una organización, la gente es motivada e inspirada a desempeñarse en niveles más altos. Llegan a ser más eficaces de lo que esperaban. Si recuerda el equipo olímpico de hockey de Estados Unidos de 1980, sabe de lo que hablo. El equipo era bueno, pero no lo suficiente como para ganar la medalla de oro. Pero la ganó. ¿Por qué? Porque mientras se encaminaba hacia el juego por el campeonato, ganó juego tras juego contra equipos invencibles. El equipo obtuvo tanto impulso, que se desempeñó por encima de sus capacidades. Después de ganar a los rusos, nada le pudo impedir regresar a casa con la medalla de oro.
Lo mismo sucede en los negocios y en las organizaciones. Cuando una organización tiene un gran impulso, todos los participantes son más exitosos. Si usted ve líderes (especialmente líderes en los niveles medios) que han tenido un gran éxito en una organización con impulso y luego se van de la organización para darse cuenta que su actuación se convierte en algo normal, sabe que la Ley del Impulso estaba funcionando. Hasta las personas promedio pueden desempeñarse mucho más allá de la norma en una organización que tiene un gran impulso.
4. Es más fácil conducir el impulso que iniciarlo
¿Ha practicado alguna vez el esquí acuático? Si lo ha practicado, sabe que es más difícil levantarse sobre el agua que maniobrar una vez que se ha levantado. Recuerde la primera vez que esquió. Antes de levantarse, el bote lo iba arrastrando, y es posible que haya pensado que sus brazos no iban a aguantar mientras el agua le inundaba el pecho y la cara. Tal vez creyó por un momento que ya no podría sostener más la cuerda, pero entonces la fuerza del agua sacó sus esquís a la superficie, y así comenzó a esquiar. En ese punto pudo girar con un cambio ligero de peso de un pie al otro. Así funciona el impulso del liderazgo. Comenzar es una lucha, pero una vez que está en movimiento, realmente puede empezar a hacer algunas cosas sorprendentes.
5. El impulso es el agente de cambio más poderoso
La historia de Pixar es un gran ejemplo del poder del impulso. Hizo que la organización pasara de ser una compañía sin fondos y sin personal a una compañía de entretenimiento poderosa. Durante sus primeros días antes de tener impulso, la compañía consideraba convertirse en una proveedora de productos de soporte físico para las compañías médicas donde ellas pudieran acceder y almacenar imágenes de resonancia magnética (MRI) por medio de las computadoras. De haber sucedido esto, la organización habría perdido a su gente más talentosa y productiva. En lugar de eso, se transformó en una organización que le está enseñando a Disney, el padre de las películas animadas, cómo volver a obtener su antigua gloria.
Si se le da el suficiente impulso, casi cualquier clase de cambio es posible en una organización. Las personas desean estar en el vagón de los ganadores. Los seguidores confían en líderes que tienen un historial comprobado y aceptan los desafíos de las personas que los han dirigido a la victoria antes. El impulso hace que la victoria sea algo alcanzable.
6. El impulso es la responsabilidad del líder
Se necesita un líder para crear impulso. Los seguidores pueden captarlo. Los buenos administradores pueden usarlo para su propio provecho una vez que ha comenzado. Todos pueden disfrutar los beneficios que el impulso trae. Pero crear impulso requiere de una persona que tenga visión, que pueda reunir a un buen equipo y que pueda motivar a los demás. Si el líder está buscando que alguien lo motive, entonces la organización tiene dificultades. Si el líder está esperando que la organización desarrolle impulso por sí sola, la organización está en dificultades. Es la responsabilidad del líder crear impulso y mantenerlo. El presidente de Estados Unidos, Harry Truman dijo una vez: «Si usted no puede aguantar el calor, sálgase de la cocina». Para los líderes la declaración debería ser: «Si usted no puede hacer calor, sálgase de la cocina».
7. El impulso comienza dentro del líder
El impulso comienza dentro del líder. Comienza con la visión, la pasión y el entusiasmo. Comienza con la energía. La escritora motivadora Eleanor Doan comentó: «No se puede encender un fuego en otro corazón si el suyo no está ardiendo».
Si usted no cree en la visión ni la busca de manera entusiasta, haciendo lo que pueda para realizarla, entonces no podrá obtener las pequeñas ganancias que se necesitan para hacer que la pelota empiece a rodar. Sin embargo, si ejemplifica el entusiasmo a su personal día tras día, si atrae personas como usted a su equipo, departamento u organización y las motiva para alcanzar la victoria, podrá ver progreso. Una vez que lo haga, comenzará a generar impulso. Si usted es sabio valorará el impulso por lo que es: el mejor amigo del hombre. Una vez que lo tiene, uno puede hacer casi cualquier cosa. Ese es el poder del impulso.
MUEVA LO INMOVIBLE
De todos los líderes que conozco, los que más se frustran son aquellos que quieren progresar y desarrollar impulso en sus organizaciones.
En esas organizaciones, las personas con frecuencia se limitan a hacer lo mínimo.
Se han rendido y no quieren cambiar o no creen que sea posible.
Hace varios años vi una película titulada: Con ganas de triunfar. (Stand and Deliver)
Tal vez usted la vio también. Es la historia verídica de un maestro llamado Jaime Escalante que trabajaba en la escuela de bachillerato Garfield, situada en el Este de Los Ángeles, California. La película se concentraba en la capacidad de Escalante como maestro, pero la historia en realidad es un estudio de la Ley del Gran Impulso.
La enseñanza, la motivación, y el liderazgo corrían en la sangre de Escalante aun desde su juventud, en su país natal Bolivia. Comenzó a ayudar a otros niños cuando estaba en la escuela primaria, y a desempeñarse profesionalmente como profesor de física antes de recibir su licenciatura.
Poco tiempo después era conocido como el mejor maestro de la ciudad. Cuando tenía unos treinta años, Escalante y su familia emigraron a Estados Unidos. Trabajó varios años en un restaurante y luego en Russell Electronics. Aunque pudo seguir una profesión prometedora en Russell, regresó a la escuela y obtuvo una segunda licenciatura para poder enseñar en Estados Unidos. El deseo ardiente de Escalante era hacer una diferencia en la vida de la gente.
A la edad de cuarenta y tres años, la escuela de bachillerato Garfield lo empleó para enseñar ciencias de la informática, pero el primer día de clases se dio cuenta de que no había fondos para obtener computadoras. Como su título era en matemáticas, enseñaría matemáticas básicas. Decepcionado, fue en busca de su primer grupo, con la esperanza de que su sueño de hacer una diferencia no se le estuviese escapando entre los dedos.
El cambio de computación a matemáticas fue el menor de los problemas de Escalante. La escuela, que había estado tranquila durante su entrevista en el verano, ahora era un caos. No había disciplina, continuamente surgían peleas, y por todas partes había basura y graffiti. Los estudiantes vagaban por todo el edificio durante todo el día. Escalante descubrió que Alex Avilés, el liberal director de la escuela, en realidad fomentaba el reconocimiento de las pandillas dentro de las instalaciones.
Avilés había decidido que los estudiantes miembros de pandillas debían recibir validación y más oportunidades de identificarse con la escuela. Motivó a dieciocho pandillas a colocar sus placas (letreros con el símbolo de la pandilla) en varios lugares de la escuela para que estos fueran sus lugares de reunión. Era la peor pesadilla de un maestro. ¿Cómo iba Escalante a poder hacer una diferencia en estas condiciones?
Casi todos los días pensaba en renunciar, pero su pasión por la enseñanza y su dedicación a mejorar la vida de sus estudiantes no le permitían darse por vencido. Sin embargo, al mismo tiempo reconocía que los estudiantes estaban condenados al fracaso si la escuela no cambiaba. Todos retrocedían rápidamente, y necesitaban algo que los hiciera avanzar.
Cuando trajeron un nuevo director, las cosas comenzaron a cambiar para bien. Pero Escalante quería aún más. Él creía que la forma de mejorar la escuela era desafiar a los estudiantes mejores y más inteligentes por medio de una clase de cálculo que los prepararía para recibir una clase de nivel avanzado que les ayudara a obtener unidades de crédito universitarias. Algunos exámenes de nivel avanzado se habían hecho en español en la escuela. De vez en cuando, algún estudiante intentaba hacer un examen de física o historia. Pero el problema era que la escuela no tenía un líder con visión que retomara la causa. Fue allí donde Escalante surgió.
En el otoño de 1978, Escalante organizó la primera clase de cálculo. Reuniendo a todos los candidatos que tal vez podrían responder a un curso de cálculo, de una población estudiantil de 3.500, sólo pudo encontrar catorce estudiantes. En las primeras clases les explicó lo que tendrían que hacer para prepararse con el propósito de tomar el examen a fin de año.
Al final de la segunda semana de clases, ya había perdido siete estudiantes, la mitad del grupo. Aun los que se quedaron no estaban bien preparados para comenzar a estudiar cálculo. Al final de la primavera, el grupo se había reducido a cinco estudiantes. Todos tomaron el examen en mayo, pero sólo dos aprobaron.
Escalante estaba decepcionado, pero se negó a darse por vencido, especialmente porque ya había obtenido cierto progreso. Sabía que si daba a los estudiantes unas cuantas victorias, crearía en ellos confianza, les daría esperanza, y podría ayudarlos a seguir adelante.
Si necesitaban motivación, les ponía tareas extra, o retaba a uno de los atletas de la escuela a un partido de baloncesto. (¡Escalante nunca perdía!) Si necesitaban ánimo, los llevaba al McDonald’s como recompensa. Si se volvían perezosos, los inspiraba, los sorprendía, los divertía, y hasta los intimidaba. Y durante todo ese tiempo les daba el ejemplo de duro trabajo, dedicación a la excelencia, y lo que él llamaba ganas, deseo.
En el otoño, Escalante creó otra clase de cálculo, esta vez con nueve estudiantes. Al final del año, ocho tomaron el examen y seis aprobaron. Estaba progresando un poco más. Se regó la voz del éxito, y en el otoño de 1980, su grupo de cálculo era de quince estudiantes. Cuando estos tomaron el examen a fin de año, catorce aprobaron. Los pasos hacia adelante no eran muy grandes, pero Escalante podía ver que el programa estaba creando impulso.
El siguiente grupo de estudiantes, el cual sumaba dieciocho, fue el tema de la película Con ganas de triunfar. Al igual que sus predecesores, se esforzaron mucho para aprender cálculo; muchos llegaban a la escuela a las 7:00 A.M. todos los días, hora y media antes del inicio de clases. A menudo se quedaban hasta las 5:00, 6:00, o 7:00 P.M. Y aunque el servicio de exámenes educacionales (ETS) dudó la validez del primer examen, los estudiantes aceptaron volver a tomarlo; el porcentaje de estudiantes de Escalante aprobados fue cien por ciento.
Después de eso, el programa de matemáticas estalló. En 1983, el número de estudiantes que aprobaron el examen casi se duplicó, de dieciocho a treinta y uno. El año siguiente se volvió a duplicar, llegando a sesenta y tres. Y siguió creciendo. En 1987, ciento veintinueve estudiantes tomaron el examen, y ochenta y cinco por ciento recibió créditos universitarios. La escuela de bachillerato Garfield ubicada en el Este de Los Ángeles, que una vez había sido considerada el abismo del distrito, produjo veintisiete por ciento de los exámenes avanzados de cálculo, aprobados por estudiantes mexicoamericanos de todo Estados Unidos.
LA EXPLOSIÓN DEL IMPULSO
Todos los estudiantes de la escuela de bachillerato Garfield sintieron los beneficios de la Ley del Gran Impulso. La escuela comenzó a preparar a los estudiantes para otros exámenes avanzados. Con el tiempo, se comenzaron a dictar cursos avanzados de español, cálculo, historia, historia de Europa, biología, física, francés, gobierno, y ciencias de la informática.
En 1987, nueve años después de que Escalante encabezara el programa, los estudiantes de Garfield tomaron más de 325 exámenes avanzados. Y lo más increíble de todo es que Garfield tenía una lista de espera de más de cuatrocientos estudiantes, de áreas que estaban fuera de sus límites y que deseaban inscribirse. La escuela que una vez había sido el objeto de burla del distrito y que por poco perdió su reconocimiento oficial, se había convertido en una de las tres mejores escuelas localizadas en el centro de la ciudad, en todo el país.
Ese es el poder de la Ley del Gran Impulso.
David gonzález ™